EUROPA
PRESS
22 enero
2020
¿El
estrés provoca que nos salgan canas?
Por primera vez, los científicos de la
Universidad de Harvard han descubierto exactamente cómo se desarrolla el
proceso que vincula el estrés con la aparición de canas en el cabello. El estrés
activa los nervios que son parte de la respuesta de lucha o huida, que a su vez
causan daños permanentes a las células madre regeneradoras
de pigmento en los folículos capilares, según publican en la revista 'Nature'.
"Todo el mundo tiene una anécdota para compartir sobre
cómo el estrés afecta su cuerpo, particularmente en su piel y cabello, los
únicos tejidos que podemos ver desde afuera", señala el autor principal
Ya-Chieh Hsu, profesor asociado de Células Madre y
Biología Regenerativa de Alvin y Esta Star en Harvard.
"Queríamos entender si esta conexión es verdadera, y si
es así, cómo el estrés lleva a cambios en diversos tejidos. La pigmentación del
cabello es un sistema tan accesible y manejable para empezar y además, teníamos
una curiosidad genuina por ver si el estrés en realidad conduce al encanecimiento del cabello", añade.
Debido a que el estrés afecta a todo el cuerpo, los
investigadores primero tuvieron que reducir qué estrés con el color del
cabello. El equipo primero planteó la hipótesis de que el estrés causa un
ataque inmune en las células productoras de pigmento. Sin embargo, cuando los
ratones que carecían de células inmunes todavía mostraban canas, los
investigadores recurrieron a la hormona cortisol. Pero una vez más, era un callejón
sin salida.
"El estrés siempre eleva los niveles de la hormona
cortisol en el cuerpo, por lo que pensamos que el cortisol podría desempeñar un
papel, explica Hsu. Pero sorprendentemente, cuando eliminamos la glándula
suprarrenal de los ratones para que no pudieran producir hormonas similares al
cortisol, su cabello todavía se volvió gris bajo estrés".
Después de eliminar sistemáticamente diferentes
posibilidades, los investigadores se centraron en el sistema nervioso
simpático, que es responsable de la respuesta de lucha o huida del cuerpo. Los
nervios simpáticos se ramifican en cada folículo piloso de la piel. Los
investigadores descubrieron que el estrés hace que estos nervios liberen el
químico norepinefrina, que es absorbido por las células madre regeneradoras de
pigmento cercanas.
En el folículo piloso, ciertas células madre actúan como un
reservorio de células productoras de pigmento. Cuando el cabello se regenera,
algunas de las células madre se convierten en células productoras de pigmento
que tiñen el cabello. Los investigadores encontraron que la noradrenalina de
los nervios simpáticos hace que las células madre se activen en exceso. Todas
las células madre se convierten en células productoras de pigmento, agotando
prematuramente el reservorio.
"Cuando comenzamos a estudiar esto, esperaba que el
estrés fuera malo para el cuerpo, pero el impacto perjudicial del estrés que
descubrimos estaba más allá de lo que imaginaba, apunta Hsu. Después de unos
pocos días, se perdieron todas las células madre que regeneran el pigmento. Una
vez que se han ido, ya no se puede regenerar el pigmento. El daño es
permanente".
El hallazgo subraya los efectos secundarios negativos de una
respuesta evolutiva protectora, destacan los investigadores. "El estrés
agudo, en particular la respuesta de lucha o huida, se ha considerado
tradicionalmente beneficioso para la supervivencia de un animal. Pero en este
caso, el estrés agudo causa el agotamiento permanente de las células
madre", añade el compañero postdoctoral Bing Zhang,
autor principal de el estudio.
Para conectar el estrés con el canas, los investigadores
comenzaron con una respuesta de todo el cuerpo y progresivamente se enfocaron
en sistemas de órganos individuales, interacción de célula a célula y,
finalmente, hasta la dinámica molecular. El proceso requirió una variedad de
herramientas de investigación en el camino, incluidos métodos para manipular
órganos, nervios y receptores celulares.
"Para pasar del más alto nivel al más mínimo detalle,
colaboramos con muchos científicos en una amplia gama de disciplinas,
utilizando una combinación de diferentes enfoques para resolver una cuestión
biológica muy fundamental", señala Zhang.
Isaac Chiu, profesor asistente de Inmunología en la Facultad
de Medicina de Harvard que estudia la interacción entre los sistemas nervioso e
inmunológico, colaboró en este estudio. "Sabemos que las neuronas
periféricas regulan poderosamente la función de los órganos, los vasos
sanguíneos y la inmunidad, pero se sabe menos acerca de cómo regulan las
células madre, explica. Con este estudio, ahora sabemos que las neuronas pueden
controlar las células madre y su función, y pueden explicar cómo interactúan a
nivel celular y molecular para vincular el estrés con el envejecimiento del
cabello".
Los hallazgos pueden ayudar a explicar los efectos más
amplios del estrés en varios órganos y tejidos. Esta comprensión allanará el
camino para nuevos estudios que busquen modificar o bloquear los efectos
dañinos del estrés. "Al comprender con precisión cómo el estrés afecta a
las células madre que regeneran el pigmento, hemos sentado las bases para
comprender cómo el estrés afecta a otros tejidos y órganos del cuerpo, apunta
Hsu. Comprender cómo cambian nuestros tejidos bajo estrés es el primer paso crítico
hacia un tratamiento eventual que puede detener o revertir el impacto
perjudicial del estrés. Todavía tenemos mucho que aprender en esta área".